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El lunes pasado (9 de julio) Le Figaro me sorprendió con una noticia poco usual en el maremágnum que nos rodea: una dama desconocida de origen judío había legado, en su testamento, casi medio millón de euros (499.488 €) al pueblo de Le Puy-en-Velay por haberla salvado de ser capturada por el gobierno nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La señora Picard, cuyo nombre debió ser cambiado cuando ella era todavía una niña por los habitantes del pueblo para su protección, vivía en la Côte d'Azur (Costa Azul) hasta su fallecimiento el 28 de octubre del año pasado.
El alcalde de Le Puy-en-Velay fue el primer sorprendido cuando el notario, que conocía toda la historia, se lo comunicó: “La señora Picard decidió legarnos aproximadamente el 80% de su fortuna, entre la cual se encuentra una villa en Antibes, para testimoniar su gratitud a los habitantes del pueblo de Le Puy que la escondieron durante la Segunda Guerra Mundial, permitiéndole escapar de la deportación. Ignorábamos absolutamente su existencia. Ella no había olvidado nada”.
Han aceptado esta merecido legado porque la señora Picard así lo dejó consignado en sus últimas voluntades. El alcalde asegura querer gastar esta suma de manera que la señora Picard sea honrada: “El símbolo es importante desde un punto de vista histórico, por ello buscamos un tipo de inversión que permita honrar la memoria de la señora Picard”. Lo único seguro es:”Se colocará una placa en memoria de esta persona”.
Es gratificante rememorar la historia de esta manera. Os invito a visitar este precioso pueblo:
La señora Picard, cuyo nombre debió ser cambiado cuando ella era todavía una niña por los habitantes del pueblo para su protección, vivía en la Côte d'Azur (Costa Azul) hasta su fallecimiento el 28 de octubre del año pasado.
El alcalde de Le Puy-en-Velay fue el primer sorprendido cuando el notario, que conocía toda la historia, se lo comunicó: “La señora Picard decidió legarnos aproximadamente el 80% de su fortuna, entre la cual se encuentra una villa en Antibes, para testimoniar su gratitud a los habitantes del pueblo de Le Puy que la escondieron durante la Segunda Guerra Mundial, permitiéndole escapar de la deportación. Ignorábamos absolutamente su existencia. Ella no había olvidado nada”.
Han aceptado esta merecido legado porque la señora Picard así lo dejó consignado en sus últimas voluntades. El alcalde asegura querer gastar esta suma de manera que la señora Picard sea honrada: “El símbolo es importante desde un punto de vista histórico, por ello buscamos un tipo de inversión que permita honrar la memoria de la señora Picard”. Lo único seguro es:”Se colocará una placa en memoria de esta persona”.
Es gratificante rememorar la historia de esta manera. Os invito a visitar este precioso pueblo:
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