Conocí a Javier en la presentación de un libro. Me sorprendió su cálida personalidad y durante nuestra conversación me comentó la importancia que la escritura y la literatura tuvieron durante su servicio militar ayudándole no sólo a afrontar ese periodo, sino también a hacer amigos. Uno de sus libros favoritos es El torero Caracho de Ramón Gómez de la Serna, mi escritor preferido y de quien pocas personas han leido sus obras, salvo sus libros sobre las greguerías.
Nuestra amistad se ha ido acrecentando y para que le conozcáis mejor os transcribo estos fragmentos de algunas de sus entrevistas o artículos:
“Lo más importante en la vida no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores. Lo más importante en la vida es: El tiempo que dedicamos a cultivar una amistad”.
"El raudal inagotable de egoísmo, hace que apenas haya en el mundo unos pocos amigos con suficiente corazón para superar prejuicios y convencionalismos, y afirmar ante los hombres y ante el mundo ese principio eterno que se llama Amor de Amistad. ¿Acaso no es hermoso un sentimiento así, que nos hace vivir en otro ser nuestra propia existencia? El Amor que nos da todo lo que nos pueda faltar, sin quitarnos nada de lo que debemos a los demás, está lleno de altruismo que no puede restar al sentimiento que debemos a nuestros cónyuges, a nuestros hijos o a nuestros padres, sino que por el contrario, nos ennoblece y purifica, y nos hace más fieles y honrados en nuestros afectos".
"Estamos llamados a ser individuos de convicciones, no de conformismos; de nobleza moral, no de respetabilidad social".
"Somos un nudo en una red de relaciones, seguimos abandonados en nuestros sueños, sin otro ropaje que nuestras historias, sin más alimento que las estrellas, las cuatro direcciones por abrigo y protección y el espíritu de todo lo que amamos por nuestro único compañero".
"En ocasiones sufrimos más por el esfuerzo que hacemos por no sufrir, olvidando lo importante de nuestra reacción ante cualquier adversidad. Lamentarse es como impedir el propio desarrollo; negar la adversidad, sellar con una mentira los labios de la propia existencia. No hace falta evadirse para huir de nuestras profundidades, convirtamos éstas en un medio para conferir mayor optimismo a determinadas situaciones futuras, de suerte que impregnadas por ese espíritu alcancen una fuerza renovada”.
Creo que disfrutarás con este video de tu admirado poeta.
Leyendo las noticias, que cada vez me producen más tedio, tuve la gran suerte de ver las fotografías de Michael Kenna a quien debo agradecer lo mucho que he disfrutado haciendo esta entrada.
Las fotografías en blanco y negro, para mí, tienen algo especial que me seducen y Michael Kenna tiene una sensiblidad especial que queda reflejada en ellas.
Os resumo su biografía: nació en Widnes, Inglaterra en 1953. Su familia era irlandesa católica de clase obrera y cuando tenía once años ingresó en St Joseph’s College (un seminario católico) en Inglaterra en el que estuvo siete años. Allí sintió que su vocación no era el sacerdocio; sin embargo, durante ese tiempo sintió que la pintura le atraía cada vez más. Durante un año asistió a Banbury School of Art (la Escuela de Arte de Banbury) donde estudió pintura, escultura, tejidos, orfebrería y además descubrió su verdadera vocación: la fotografía. En el año 1973 se matriculó en London College of Printing para ampliar sus conocimientos durante tres años.
La pintura seguía apasionándole pero era consciente de que no podría aportarle el dinero sufí ciente para vivir. Decidió empezar con la fotografía comercial sabiendo que con la publicidad podría conseguirlo:
“El trabajo comercial me ha dado un valioso apoyo financiero para trabajar en proyectos muy personales y no comerciales. Es a menudo un compromiso entre los pensamientos y las ideas del cliente, la agencia de publicidad y el fotógrafo. De vez en cuando he tenido trabajos de ensueño donde se me ha dado el tiempo y la libertad para fotografiar lo que quiero, cuando quiero. De vez en cuando, tengo que reproducir fotográficamente un diseño bastante estricto. Esto es, desde mi punto de vista, la alternativa menos satisfactoria y creativa. No estoy obligado a tomar estos trabajos. Siempre hago el mejor trabajo profesional que puedo pasando un buen rato y finalmente estoy aliviado y agradecido de que puedo contribuir a otro semestre de la educación universitaria de mi hija”.
Michael Kenna sabe combinar y aprovechar su talento e inquietudes. No se resigna, aprovecha lo mejor en cada instante: “En la vida no tenemos suficientes horas para hacer todas las cosas que nos gustaría hacer. Pero tal vez sea una de las grandes lecciones de la vida contentarse con lo que estamos haciendo en realidad. Esa es una lección que me viene a la memoria con frecuencia”.
Su concepción de la fotografía y su método de trabajo reflejan su serenidad, humildad y tesón:
“No tengo ningún método en particular para mi locura. Cuando decido fotografiar, a veces elijo ‘dónde’ y luego busco el ‘qué’ cuando llego allí. Es sencillo, no hay magia involucrada. Tengo una teoría que parece funcionar para mí: las mejores ideas vienen a través del pensamiento de otra cosa.
<“A menudo me preguntan por qué no fotografiar a nivel local y mi respuesta por lo general se relaciona con la dificultad de ser espontáneo. Me gusta trabajar sin límite de tiempo, sin que nadie haga preguntas, sin teléfonos, etc. Cuando voy a algún lugar que no sé si voy a estar allí durante cinco minutos o cinco días”.
“Ser creativo para mí significa a menudo fotografiar las cosas de una manera que puede parecer completamente normal en el momento, pero que puede llegar a ser extraordinario después. Creatividad significa estar abierto, escuchando lo que viene de dentro y de fuera, lo cual es muy difícil de hacer cuando se está mirando el reloj. Es importante estar centrado y concentrado, lo que para mí significa generalmente ser solitario, lejos de las distracciones”.
“Mientras el mundo a mi alrededor se acelera, mi tendencia es disminuir la velocidad”.
“En mi trabajo fotográfico estoy generalmente atraído por los lugares que contienen recuerdos, atmósferas e historias. Estoy interesado en los lugares donde la gente ha vivido, trabajado y jugado. Usando la analogía del teatro, yo diría que me gusta fotografiar el escenario vacío, antes o después de la actuación, incluso en medio de actos”.
“En mis fotografías trato de ser sensible y receptivo. Todo lo demás sigue naturalmente”.
“El trabajo no se limita a tomar una fotografía, sino que debe extenderse a la combinación perfecta entre la imagen y la impresión, la materialización perfecta de la visión inicial. Esta dedicación también puede ser vista como una forma de cuestionar constantemente y evolucionar el proceso creativo”.
“El estilo es el resultado final de la experiencia personal. Me siento atraído por los lugares y temas que tienen conexiones personales”.
“Elijo fotografiar la ausencia de gente, el recuerdo de su presencia, los restos de lo que queda atrás”.
“Las fotografías pueden ser invitaciones a la gente a usar su propia imaginación en base a sus propias experiencias. Todos vemos una fotografía diferente, como todos vemos el mundo de manera diferente. Prefiero sugerencia sobre la descripción específica”.
Sus horas preferidas para trabajar son inusuales, pero no para una persona solitaria y tranquila como él:
“Noche y día son una y la misma cosa, son partes de un todo. Puedo fotografiar muy a gusto durante el día, la noche, al amanecer o al atardecer. Me gusta fotografiar en cualquier momento y hay cualidades en cada momento del día y de la noche que deben ser apreciadas, así es que trato de entrar y salir a su antojo”.
“Fotografiar de noche es fascinante porque durante un período de tiempo el mundo cambia: los ríos fluyen, los aviones pasan volando, las nubes se mueven y la posición de la Tierra respecto a las estrellas es diferente. Esta acumulación de tiempo y eventos, imposible de captar para el ojo humano puede ser registrado en la película. Por la noche, la luz puede provenir de fuentes inusuales y múltiples. La noche tiene un enorme potencial para la creatividad”
Michael Kenna ha logrado unir sus dos pasiones: ser un pintor en sus fotografías. Coincido con él en todas las declaraciones que ha hecho y siempre es gratificante encontrar profesionales como él.
Para mí los libros y su entorno son una fuente de continuo descubrimiento: encuadernación, conservación, ex libris. Al hacer esta entrada me he percatado gratamente de que hay muchas personas que comparten mi afición y de todo lo que tengo que aprender.
Según la definición de la RAE un ex libris : “(Loc. lat.; literalmente, 'de entre los libros'). Etiqueta o sello grabado que se estampa en el reverso de la tapa de los libros, en la cual consta el nombre del dueño”-
El nuestro es la representación de El Quijote por Picasso . Es atípico porque lleva las iniciales de dos dueños, mi esposo y yo, característica que no he encontrado en ningún ex libris.
Los temas de los ex libris modernos son muy variados: un motivo pictórico relacionado con la profesión, actividad y afición del dueño; con el mundo del libro y las bibliotecas; con la naturaleza y múltiples diseños que el propietario desee.
Actualmente las técnicas de grabado han evolucionado. El diseño e impresión por ordenador o la reproducción fotográfica facilitan la labor de estampación; sin embargo, los procedimientos tradicionales: xilografía (grabar en madera), calcografía (estampar con láminas metálicas grabadas), litografía (dibujar o grabar en piedra preparada al efecto, para reproducir, mediante impresión, lo dibujado o grabado) y serigrafía (estampación mediante estarcido a través de un tejido) eran todo un arte.
Sin llegar a la excomunión, creo que todos hemos prestado libros que, por diversas razones, no nos han sido devueltos. No hay sanción y aunque podamos reponerlo no tendrá la historia del que perdimos, por ello el ex libris implica la pasión por nuestros libros y la posibilidad de reconocerlos si se vuelve a “extraviar”.
Esta vez ha sido una concatenación de videos la que me ha llevado a conocer a este excelente animador y pintor llamado Aleksandr Konstantinovich Petrov.
Buscaba algo que realmente me encantara y encontré los bocetos de Aleksandr. Su técnica de animaciónconsiste enverter pinturas al óleosobre unas hojas de vidrio mateque permiten pasar la luzproyectada desde abajoutilizando sus dedos para pintar, sólo utiliza pinceles para hacer algunos retoques.
Tardó más de dos años en pintar en las hojas de vidrio cada uno de los 29000 cuadros que la componen, después fotografió cada cuadro pero, al ser mayores
que el tamaño de lienzo, tuvo que modificar ligeramente la pintura para todos los fotogramas. Este corto, que dura veinte minutos, fue el primero realizado
en gran formato.
Desde entonces, Aleksandr Petrov ha mantenido una estrecha relación con Pascal Blais Studio trabajando en anuncios publicitarios.
En todas sus obras podemos admirar cómo Aleksandr mima el ambiente, los paisajes y los personajes, convirtiéndolas en una sucesión de cuadros.
Es un animador atípico que prescinde del ordenadoraunque esto conlleve aumentar considerablemente las horas de trabajo. Es un hombre sencillo, tímido, que ama su trabajo sin importarle la fama que pueda aportarle, como deja constancia en las pocas entrevistas que he podido encontrar:
“Simplemente hago lo que sé hacer. En la vida surgió así y resulta que lo que hago le gusta a la gente… La apariencia de un éxito rápido siempre atrae mucho y eso es una desgracia para el arte contemporáneo y la animación. Un animador tieneque pasar por una enfermedad anterior, experimentar tanto el amor como el odio para entender el mundo, el reconocimiento y no reconocimiento y vivir sus propios éxitos y fracasos. Solamente después puede contar con una atención del público".
"La animación tiene grandes posibilidades… La fantasía de un animador, la fuerza de su capacidad artística, su talento, su forma de expresión, son los únicos medios para conceder importancia al cine de animación. También influye el mercado, pero ahí no entro".
"No tengo tiempo de aprender los nuevos programas informáticos y cómo se usan. Es broma. Hablando en serio, prefiero quedarme con el oficio y el dominio de la artesanía. Todo lo que se hace a mano aporta el alma del artista, el espíritu, y te la oportunidad de hacer algo único, aunque esto no es necesario para mí. Lo entiendo como un proceso, de entrar en contacto, es la comunicación lo que me hace estar en contacto con el arte. Ante todo quiero ser natural, no un artista único".
"Ganar un Óscar te puede cambiar la vida pero no puede cambiar el alma. El Óscar no aporta ningún impulso emocional, y no me considero un gran artista".
"Nunca he dejado de aprender y siempre seré un alumno del arte, de la naturaleza. Siempre hay que intentar hacer algo nuevo y mejor, y la próxima película será la mejor. Soy más alumno que profesor. Todavía, y tras muchas clases, no he visto a alumno alguno que haya querido hacer lo mismo que yo".
"Los ordenadores facilitan muchísimo el trabajo y con ellos se puede hacer casi todo, pero no es lo mismo. Los programas de dibujo por ordenador van mucho más lejos que el propio artista, como si el creador fuera detrás de la máquina. Visito muchos festivales y no he visto nada realmente nuevo en la animación que se hace ahora, casi todo son repeticiones".
Os dejo este simpático vídeo que realizó en el año 2010 para conmemorar los mil años de historia de la ciudad de Yaroslavl en la que vive. Espero que os guste.
El viernes pasado me sorprendió un titular de Le Figaro “Cuando ser educado hace bajar la cuenta”, al leer el artículo esbocé una sonrisa. Os la
resumo:
Patrick Laubignat, un cafetero francés, proponía una reducción de un 10% en el café, para los clientes que se esforzaran en pedirlo “por favor” en el
estand que tiene en Marciac. Su objetivo era incrementar la cortesía en los consumidores: “ Un café, 2 euros - un café, s'il vous plaît, 1,80 €” (Un café, 2€ -
Un café, por favor, 1,80€).
Reconoce que la iniciativa no es suya pues hace dos años le comentaron que un Café tenía este eslogan en su escaparate. Según él “Me pareció divertido
porque es cierto que la clientela no es tan cordial como antes; escuchar ‘Buenos días’ o ‘Por favor’, siempre es agradable… Es sobre todo un impuesto a la
descortesía ya que mi café costaba ya 1,80 euros”
Puso este cartel por diversión y la reacción de los clientes no deja de sorprenderle: “Ahora dicen ‘Gracias’ tres veces en lugar de una”, y explica: ”No tenemos
más clientes, pero la gente se acerca a la barra para decirme ‘Adiós’”.
Patrick Laubignat nació en Nantes y desde hace once años tiene un estand en Marciac donde está teniendo lugar el festival Jazz in Marciac, uno de los
principales festivales de jazz de Europa, desde el 27 de julio y que concluirá el 15 de agosto.
En su empresa “Cafés Charles Laubignat” el café es tostado artesanalmente con fuego de leña. Patrick es partidario de los productos tradicionales, bio y
hechos “a la antigua usanza”. Comentaba los beneficios del café bio: “Ocho de cada diez personas no saben lo que es. Sin abonos ni productos químicos,
debe ser certificado por un organismo acreditado por el Ministerio de Agricultura. Contrariamente a una idea preconcebida, el café bío protege nuestra
salud, si no se toma con exceso. Contiene vitaminas, zinc, magnesio y cafeína".
Su sobrino Jean-Philippe, camarero de su estand, fue quién lo publicó en Facebook, lo que originó que sus amigos camareros le enviaran la fotografía de
su tío, apoyando la iniciativa y desconociendo que era su estand.
El estand de cafés Charles que permanecía en el anonimato hasta ahora, todavía no ha recogido los beneficios de la fama; sin embargo, lo que más cuenta
para los camareros es la sonrisa de los clientes y el “por favor” que acompaña el pedido.
Este año el festival "Jazz in Marciac” tiene un nuevo aliciente para los asistentes que cumplan con las normas de cortesía propuestas por este amable
señor, Patrick Laubignat: degustar un buen café más económico y en un ambiente muy agradable.