13/11/11

La Gran riada de Valencia: “La Gran Subasta Radiofónica”

 Plaza del Carmen
Plaza del Carmen
Adolfo Fernández
Adolfo Fernández
El 14 y el 15 de octubre del año 1957 Valencia fue asolada por la llamada Gran Riada, las aguas alcanzaron más de dos metros en unas zonas y hasta cinco en otras. Un suceso que actualmente sería portada de todos los periódicos, noticia en todas las cadenas televisivas y tema prioritario en Internet (lógicamente tenemos muchos más medios de comunicación) pero, que en aquella época lo más importante era la solidaridad y fraternidad con la que unos a otros se ayudaban sin importar quienes eran o como pensaban.

El alcalde de la ciudad Tomás Trénor criticó las demoras en llegar las ayudas de las autoridades estatales por lo que fue cesado de su cargo

Adolfo Fernández Aguilar periodista radiofónico de Murcia organizó “La Gran Subasta Radiofónica” para recaudar fondos para Valencia. Un día antes de que la segunda gran riada del Turia anegara Valencia, le dijo a su jefe Luis Álvarez Pastor, director de Radio Juventud de Murcia, que había que “empezar a moverse”. Esa frase fue el inicio de uno de los mayores movimientos solidarios que ha vivido España en su historia. Y todo comenzó en una pequeña buhardilla del Paseo del Malecón, sede de Radio Juventud de Murcia.

La subasta empezó a transmitirse el día 15 de Octubre con el subtítulo de “Murcia por Valencia”, transformado casi inmediatamente por el de “España por Valencia”, y dejó de emitirse en la madrugada del domingo día 10 de Noviembre de 1957.

Adolfo Fernández Aguilar en el discurso de clausura, celebrado en el Ateneo Mercantil de Valencia el 16 de Octubre de 2.007 con motivo de la conmemoración del cincuentenario de la gran riada sobre La Gran Subasta. España por Valencia de 1.957, nos revela su experiencia en aquellos días.

Os dejo algunas curiosidades sobre las personas que intervinieron y los objetos donados:

El Arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea donó su anillo arzobispal (fue vendido por un millón cien mil pesetas) y su bastón de mando de marfil labrado que le fue regalado para el acto de la Coronación canónica de la Virgen de los Desamparados (adjudicado por un millón de pesetas).

• El dueño de la Taberna de Luis donó a Platero II, un burro pequeño similar al protagonista de la elegía Platero y yo de Juan Ramón Jiménez de ahí su nombre, fue el elemento más popular de la subasta (lo había comprado por 325 pesetas y fue vendido por 320.000 pesetas. Después fueron llegando más animales: un dromedario, papagayos, monos y loros, convirtiendo Radio Juventud en un auténtico zoológico

• El fútbol también estuvo presente. Se subastaron las botas de Telmo Zarra, el balón con el que se inauguró el Camp Nou, un balón firmado por todos los jugadores del legendario Atletic de esa época, otros muchos balones del Valencia, del Real Madrid y la camiseta de Puchades.

Carmen Sevilla donó sus zapatos; Lola Flores envió el mantón que lució en la película “Limosna de amores”; el actor José Suárez, mandó el sombrero que Gina Lollobrigida lució en la película “Trapecio”, el uniforme de Comendattore que Victorio de Sica vistió en “Pan, amor y fantasía”, un sombrero de Aldo Fabrizzi y una corbata de Marcelo Mastroianni.

• La familia de toreros Bienvenida donó el traje de luces, verde y oro, con el que murió de una cornada Manolo Bienvenida y Antonio Bienvenida donó su Gran Cruz de Beneficencia de platino, oro y diamantes.

• La viuda del Brigada de la Guardia Civil D. Enrique Miguel Martí Brigada Jefe de la Línea de Nazaret, que falleció salvando a otras personas en peligro donó el tricornio de su esposo.

• La familia del maestro Serrano donó la partitura original y manuscrita del “Himno a Valencia”.

• También fueron donados: un puro de Winston Churchill (enviado desde Londres), un texto manuscrito de Blasco Ibáñez, la coctelera de Perico Chicote, el Premio Ondas de Bobby Deglané, la batuta de plata del Maestro Ataulfo Argenta y el gato Mateo salvado de las aguas por las telefonistas valencianas encargadas de recibir las llamadas en la emisora.

Adolfo Fernández Aguilar en diversas entrevistas cuando se conmemoraba este cincuentenario afirmaba:

Tengo el corazón lleno de todos aquellos sentimientos. Todo guardado en lo más recóndito de mi corazón. Lo que me gustaría es vivir otros 50 años para poder celebrar el centenario de La gran subasta y poder decir que esta historia tan hermosa, que verdaderamente ocurrió, vivirá en nuestra alma y nuestra memoria para siempre. También debo tener un recuerdo emocionado para Luis Álvarez Pastor, para todos aquellos héroes que ayudaron a los valencianos, aquí y allí, y para todas las víctimas y sus familias.

Murcianos y valencianos poseemos una memoria común...nos une también esa vieja canción que entonaba entonces el discurrir del agua por nuestras acequias caudalosas o pequeños brazales…Agua, agua, agua. El agua por exceso o por defecto es lo que conforma nuestra historia compartida, nuestra vida común de cada día. Pero es cierto que a raíz de aquello, la unión se hizo mayor aún.

Pasaron cosas increíbles… el arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea donó su anillo arzobispal diciendo: 'Valencia ha quedado sumida en la miseria y en la tristeza. Yo no puedo, por tanto, lucir algo que valga. Ya tengo un anillo de baratija que me regalaron en la bendición de un abad'. Por el anillo se pagó más de un millón de pesetas. ¡De las de entonces! También me impactó cuando pedimos a la gente que llevara flores para ponérselas a la Virgen de los Desamparados en memoria de las víctimas. ¡En tres horas se llenó un camión entero!

Todo el dinero que entraba iba directamente a las entonces llamadas suscripciones, habilitadas por los gobiernos civiles de cada zona y por el de Franco para destinarlo a Valencia. De lo que sí estoy seguro es que esas cantidades no se pueden traducir hoy a euros.

Haría falta que volviera ese espíritu de generosidad sincera que da la práctica de la solidaridad y de defender más lo que nos une que lo que nos divide. Ahora, por contra, pensamos más nuestros derechos que en nuestras obligaciones.

En este suceso ayudaron también otros países como Holanda, Francia, Gran Bretaña, Italia y Portugal.

En esta entrada no olvido la gran labor que hacen muchísimas personas cuando surge alguna catástrofe. En determinados aspectos, afortunadamente, nada ha cambiado.

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