Ana María Matute Con su hijo Juan Pablo "Sólo un pie descalzo" "El saltamontes verde" |
Nuestra gran dama Ana María Matute nos ha dejado físicamente para volar al mundo de la imaginación y fantasía que tanto amaba. Supo superar sus sombras con su mejor aliada: la Literatura. Con El Quijote tenía una relación más sentimental que literaria, lo leyó cuando era muy joven y, aunque le hizo reír, su muerte le dolió mucho al identificarse con él. No soportaba que hubiese dejado de pensar, de soñar, de haber dejado de estar loco.
Una escritora que encontraba la inspiración en su forma de ver la vida, con sus anhelos, sus ilusiones, sus desengaños y sus sinsabores.
Una madre que no perdonaba, con ausencia total de odio y de rencor, cuando hacían daño a sus seres más queridos como era su hijo. Le encantaban los niños y tratarles como las personas que son, con su propio universo.
Os dejo un extracto de su discurso En el bosque que pronunció en la Real Academia Española cuando tomó posesión de la silla K, el 18 de enero del año 1998.
Ha cumplido lo que deseaba: ”Mientras pueda y tenga fuerzas, seguiré escribiendo. Después de los seres queridos, es lo que más me importa en este mundo”.
Una escritora que encontraba la inspiración en su forma de ver la vida, con sus anhelos, sus ilusiones, sus desengaños y sus sinsabores.
Una madre que no perdonaba, con ausencia total de odio y de rencor, cuando hacían daño a sus seres más queridos como era su hijo. Le encantaban los niños y tratarles como las personas que son, con su propio universo.
Os dejo un extracto de su discurso En el bosque que pronunció en la Real Academia Española cuando tomó posesión de la silla K, el 18 de enero del año 1998.
Ha cumplido lo que deseaba: ”Mientras pueda y tenga fuerzas, seguiré escribiendo. Después de los seres queridos, es lo que más me importa en este mundo”.
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