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No entiendo por qué el león es conocido como el rey de la selva, para mí este puesto lo ocupa el tigre, que además de su majestuoso aspecto tiene las siguientes cualidades:
• Es el felino más grande del mundo.
• Su visión nocturna es muy aguda.
• Es un excelente nadador.
• Pueden compartir una presa después de la hembra (en el caso del león, ocurre todo lo contrario, es el macho dominante el primero en alimentarse).
• Es el máximo depredador y no compite con otros carnívoros.
• A pesar de su gran tamaño, pueden alcanzar velocidades de hasta 90 km/h.
• Su rugido contiene, además de ondas sonoras de rango perceptible, ondas de infrasonido inaudibles para el humano pero con efectos aterrorizantes y paralizantes.
• Los tigres adultos son capaces de dar saltos de hasta 5 metros de altura y 10 metros de longitud, lo que lo convierte en uno de los mamíferos que más alto pueden saltar (sólo detrás del puma en cuanto a capacidad de salto).
Cuando supe que existía un Templo de los tigres (Wat Pa Luangta Bua Yannasampanno) en Tailandia, sentí curiosidad. Me fascinó su historia y cómo los tratan. Este templo se encuentra en un pequeño pueblo de la provincia de Kanchanaburi, a 200 km de Bangkok.
Historia
Todo empezó en el año 1999, cuando unos lugareños encontraron en el bosque dos cachorros de tigre heridos cuyos padres habían sido asesinados por unos cazadores. Sin saber qué hacer con ellos, fueron de un lugar a otro buscándoles un refugio, pero nadie se atrevía a acogerlos. Cuando llegaron al templo budista Wat Pha Luang, el Abad Phra Acharn Phusit (Chan) cobijó a los pequeños huérfanos salvándoles de una muerte certera. Los monjes se encargaron de cuidarlos. Desde entonces los habitantes de la zona, si encuentran algún cachorro huérfano, lo llevan al templo.
Hábitat
Los tigres viven dentro del área del templo, donde hay un bosque. No están enjaulados, viven en libertad cerca de la naturaleza. Los monjes del templo y algunos voluntarios de la localidad cuidan de ellos.
El abad de Wat Pa Luangta Bua Yannasampanno, Phusit Khantidharo, afirma que los tigres que se pasean libremente por el templo siguen los preceptos budistas formando una gran familia entre todos (tigres, simios, caballos, ciervos, cerdos, pavos reales).
Estos monjes y sus empleados se encargan de amaestrar a los tigres además de cuidarlos y alimentarlos adecuadamente. A las crías con comida instantánea y leche, ya que no cazan para ellos mismos, y a los adultos a base de carne cocida, para tratar de evitar que desarrollen el gusto por la sangre.
El templo, que está abierto al turismo, está considerado como una reserva de animales. Todos los días llegan turistas que desean estar cerca de los tigres y aunque son muy cariñosos, están vigilados por empleados dispuestos a intervenir si llegan a impacientarse.
El abad del Templo está muy ilusionado con el proyecto de una "Nueva Casa para los Tigres", una granja de 30 áreas para darles más espacio natural abierto. En ella se les entrenará también para que se cuiden ellos mismos y, a la vez, les protegerá de los cazadores.
El abad y los monjes que cuidan a los tigres pueden convivir con estos animales salvajes sin que les dañen porque, según ellos, están con "amor y bondad" y los animales feroces pueden reconocer y ser conmovidos por el amor verdadero.
Hay grupos ecologistas que denunciaron que en este templo maltrataban a los animales y traficaban con ellos; sin embargo, los testimonios de los visitantes rebaten estas afirmaciones. En el templo hay un ambiente apacible. Los animales de todo tipo que allí se encuentran son felices dentro de la gran extensión de terreno y jardines que rodean al templo. Todos han criado y los cachorros juegan con sus padres.
Los tigres se encuentran en otra zona del templo, un cañón natural con un pequeño lago donde hacen ejercicio, juegan y se tumban al sol, momento en el que los visitantes son invitados a acercarse cautelosamente a ellos para hacerse fotografías. Tienen que firmar un documento eximiendo de toda responsabilidad a los monjes del templo, lógico no sólo por los tigres sino por la actitud de las personas que se acerquen a ellos.
Otro punto debatido por dichos grupos ecologistas, es la función social de este templo. Los turistas afirman haberlos visto más lustrosos, cuidados y saludables que en ningún otro zoo o reserva animal de Europa, Asia o América que hayan visitado ¿Qué mejor función social?
• Es el felino más grande del mundo.
• Su visión nocturna es muy aguda.
• Es un excelente nadador.
• Pueden compartir una presa después de la hembra (en el caso del león, ocurre todo lo contrario, es el macho dominante el primero en alimentarse).
• Es el máximo depredador y no compite con otros carnívoros.
• A pesar de su gran tamaño, pueden alcanzar velocidades de hasta 90 km/h.
• Su rugido contiene, además de ondas sonoras de rango perceptible, ondas de infrasonido inaudibles para el humano pero con efectos aterrorizantes y paralizantes.
• Los tigres adultos son capaces de dar saltos de hasta 5 metros de altura y 10 metros de longitud, lo que lo convierte en uno de los mamíferos que más alto pueden saltar (sólo detrás del puma en cuanto a capacidad de salto).
Cuando supe que existía un Templo de los tigres (Wat Pa Luangta Bua Yannasampanno) en Tailandia, sentí curiosidad. Me fascinó su historia y cómo los tratan. Este templo se encuentra en un pequeño pueblo de la provincia de Kanchanaburi, a 200 km de Bangkok.
Historia
Todo empezó en el año 1999, cuando unos lugareños encontraron en el bosque dos cachorros de tigre heridos cuyos padres habían sido asesinados por unos cazadores. Sin saber qué hacer con ellos, fueron de un lugar a otro buscándoles un refugio, pero nadie se atrevía a acogerlos. Cuando llegaron al templo budista Wat Pha Luang, el Abad Phra Acharn Phusit (Chan) cobijó a los pequeños huérfanos salvándoles de una muerte certera. Los monjes se encargaron de cuidarlos. Desde entonces los habitantes de la zona, si encuentran algún cachorro huérfano, lo llevan al templo.
Hábitat
Los tigres viven dentro del área del templo, donde hay un bosque. No están enjaulados, viven en libertad cerca de la naturaleza. Los monjes del templo y algunos voluntarios de la localidad cuidan de ellos.
El abad de Wat Pa Luangta Bua Yannasampanno, Phusit Khantidharo, afirma que los tigres que se pasean libremente por el templo siguen los preceptos budistas formando una gran familia entre todos (tigres, simios, caballos, ciervos, cerdos, pavos reales).
Estos monjes y sus empleados se encargan de amaestrar a los tigres además de cuidarlos y alimentarlos adecuadamente. A las crías con comida instantánea y leche, ya que no cazan para ellos mismos, y a los adultos a base de carne cocida, para tratar de evitar que desarrollen el gusto por la sangre.
El templo, que está abierto al turismo, está considerado como una reserva de animales. Todos los días llegan turistas que desean estar cerca de los tigres y aunque son muy cariñosos, están vigilados por empleados dispuestos a intervenir si llegan a impacientarse.
El abad del Templo está muy ilusionado con el proyecto de una "Nueva Casa para los Tigres", una granja de 30 áreas para darles más espacio natural abierto. En ella se les entrenará también para que se cuiden ellos mismos y, a la vez, les protegerá de los cazadores.
El abad y los monjes que cuidan a los tigres pueden convivir con estos animales salvajes sin que les dañen porque, según ellos, están con "amor y bondad" y los animales feroces pueden reconocer y ser conmovidos por el amor verdadero.
Hay grupos ecologistas que denunciaron que en este templo maltrataban a los animales y traficaban con ellos; sin embargo, los testimonios de los visitantes rebaten estas afirmaciones. En el templo hay un ambiente apacible. Los animales de todo tipo que allí se encuentran son felices dentro de la gran extensión de terreno y jardines que rodean al templo. Todos han criado y los cachorros juegan con sus padres.
Los tigres se encuentran en otra zona del templo, un cañón natural con un pequeño lago donde hacen ejercicio, juegan y se tumban al sol, momento en el que los visitantes son invitados a acercarse cautelosamente a ellos para hacerse fotografías. Tienen que firmar un documento eximiendo de toda responsabilidad a los monjes del templo, lógico no sólo por los tigres sino por la actitud de las personas que se acerquen a ellos.
Otro punto debatido por dichos grupos ecologistas, es la función social de este templo. Los turistas afirman haberlos visto más lustrosos, cuidados y saludables que en ningún otro zoo o reserva animal de Europa, Asia o América que hayan visitado ¿Qué mejor función social?
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