26/2/13

Saúl Santos Díaz: amor por la fotografía

Saúl Santos  Su fotografía preferida
Conocí a Saúl Santos Díaz por azar. Vi varias fotografías que me encantaron en diferentes sitios subidas por diferentes personas y, cuando en uno de ellos apareció su nombre, comprendí por qué plasmaban lo que a mí me fascinaba: maravillosa naturaleza con un sello especial, la belleza que Saúl capta con su cámara.

Este joven fotógrafo canario nació en Fuencaliente, un municipio situado en el sur de la isla de La Palma en el año 1979. Toda su infancia y adolescencia transcurrió entre carretes, cámaras y cuartos de revelado porque su padre, Juan José Santos Cabrera, es fotógrafo autodidacta muy querido en la isla. Ambos colaboran en calendarios y proyectos de fotografía de paisajes.

Saúl estudió decoración en la Escuela de Arte de Santa Cruz de La Palma y, por consejo de una de sus profesoras, también hizo un curso de fotografía artística. Cuando terminó, con apenas 20 años, no estaba seguro si era su vocación. Se trasladó a Tenerife donde consiguió un contrato de prácticas en un periódico de la Isla y se pasó tres años retratando la actualidad mientras seguía formándose: "El fotoperiodismo siempre me gustó, pero después de un tiempo sentí que tenía que dejarlo. Quería hacer varios masters que me interesaban. Además quería seguir experimentando, era demasiado joven para encasillarme en un campo. Y sabía que para eso tenía que salir de la Isla”

En el año 2006 fija su residencia en Madrid y, después de terminar sus estudios en la CEV (Escuela Superior de Comunicación, Imagen y Sonido), se convirtió en fotógrafo profesional y técnico superior de fotografía artística consiguiendo que sus sueños se hicieran realidad.

A partir de 2007 viajó a Buenos Aires, Brasil, Chile, Uruguay, Perú y Bolivia con el objetivo de hacer reportajes, especialmente en la Patagonia y en la Cordillera de los Andes que le fascinaban. Tras numerosas colaboraciones y exposiciones a nivel mundial que podéis ver en su blog, en el año 2011 continuó su trabajo en América del Sur.

Os dejo algunas de sus declaraciones para que podáis conocerle mejor:

“Quien quiera dedicarse a la fotografía hoy en día debe analizar y observar, tanto lo que se encuentra a nuestro alrededor como empaparse de miles y miles de imágenes de diferentes autores, mientras más, mejor. También fotografiar todo lo que podamos y nos guste, ir observando el trabajo y ver cómo mejorarlo día a día. Poco a poco y con tiempo se debe encontrar qué es lo que se quiere trasmitir y para quién, encontrar un estilo propio que haga diferente nuestro trabajo”.

“Detrás de cada fotografía se esconde una historia de sentimiento y trabajo. El nivel de exigencia y calidad de un trabajo, bajo mi humilde opinión, conlleva un poco de todo: vocación, entrega, pasión. Supongo que también es, en gran parte,  tener la capacidad para ello, que obviamente como en todo, pocos la tienen”.

“A veces me he sentido en la más inmensa soledad, pero el hecho de poder disfrutar con mi cámara de semejante espectáculo me hace olvidar cualquier dificultad. No siento ni frío, ni calor, no existe el cansancio, simplemente no siento ni padezco. Sólo puedo pensar en cazar, plasmar y gozar como un niño de todo aquello que veo. Creo que ahí está la esencia y el por qué de hacer una buena foto”.

“Mi viaje a Perú fue corto, tan solo 11 días, pero tan intenso y enriquecedor como ningún otro, por los rincones, paisajes, pero sobre todo por sus gentes, unas sensaciones y sentimientos que se impregnaron por completo en mí… Cuánto callan y cuánto dicen esos niños con sus ojos: timidez, miedo, con un semblante profundo y miradas perdidas buscando un camino, una oportunidad”.


Su foto favorita es Amanecer en el Parque Nacional Torres del Paine en la Patagonia Chilena y nos cuenta el porqué:

“Mis ojos no daban crédito a tanta belleza, era la primera vez que veía un lugar tan hermoso, desde un punto con un marco incomparable, acompañado de un amanecer que no olvidaré en la vida. Recién nevado, color otoñal, el río sedoso y tranquilo, un cielo gris que se tornó en un rojo incandescente sobre los colosos…En ese momento descubrí la magia de la Patagonia y cómo cambia el tiempo en segundos, también aprendí que hay que tener paciencia, que siempre la naturaleza nos recompensa. Por todo esto, la historia y la foto son tan especiales para mí”

Estoy segura de que conseguirás todo lo que te propongas y nos harás disfrutar con tus preciosas fotografías.

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