12/4/13

Homenaje a José Luis Sampedro

I          II
Esta entrada debería haber sido una de las primeras de mi blog, no cuando nuestro gran hombre José Luis Sampedro: “humilde y errante” como se definió, en su discurso de ingreso en la RAE, ha culminado su viaje.

No añadiré más elogios de los que hemos leído, creo que a él tampoco le gustaría; sin embargo, os recordaré algunas de sus reflexiones:

“Fundo la dignidad del hombre: en dar sentido humano a cuanto le sobreviene”.

“El nuestro es un mundo en el que cuatro quintas partes de la Humanidad pasan hambre mientras la otra quinta parte padece enfermedades provocadas por exceso de comida. ¿Puede alguien considerar que se cumplen los derechos humanos? Ni siquiera el más elemental de ellos que es el derecho a alimentarse.
Unamos pues nuestras voces para que dentro de sesenta años no estemos en las mismas, para que algún día podamos celebrarlo de verdad”.

“Nuestra civilización ha roto con lo sagrado y elevado a sus altares lo más opuesto; a saber: el dinero y la eficacia material”.

“Es imposible sentir lo sagrado en la Naturaleza cuando los técnicos la degradan y manipulan como mero recurso explotable, provocando así el castigo de los desastres ecológicos”.

“Ahora no se procura alcanzar la iluminación, sino sentir el latigazo del deslumbramiento. Se busca el estrépito, lo aparatoso, los focos publicitarios; no el silencio, lo auténtico, ni el resplandor tranquilo de la lámpara”.

“No hay convivencia sin tolerancia mutua”.

“No se acepta la muerte, aunque nos acercamos a ella cada día, como lo hago ahora mismo mientras hablo, sin entristecerme por estar muriendo, puesto que es la prueba de estar vivo. Pues la muerte no es lo contrario del vivir, sino el horizonte que lo confirma y contra el cual gana la existencia en intensidad, como el retrato sobre un fondo acertado. Si conscientemente dejamos a la muerte que nos acompañe, hace milagroso cada instante, retoca voluptuosamente el irrecuperable pasado, hace incierto el futuro y así más deseable. No es enemiga, sino amiga, quien nos salva de la decrepitud; pero esta civilización no lo entiende y escamotea la presencia de la muerte en nuestro escenario social”.

Hasta siempre José Luis.

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