Chocolate negro Planta de cacao Moctezuma y Hernán Cortés |
Soy una apasionada del chocolate negro y pienso, como dijo alguien, que “Dios les dio alas a los ángeles y chocolate a los humanos”.
Cuenta una leyenda azteca que el dios Quetzacoat (Dios que simboliza la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad, el conocimiento y considerado patrón de los vientos y del día) regaló el árbol del cacao a los hombres como recompensa al amor y a la fidelidad de su esposa, quien prefirió sacrificar su vida antes de revelar el lugar en el que estaba escondido. Al morir la princesa, su sangre fertilizó la tierra para dar vida al árbol del cacao. El sabor del fruto era amargo, característica que los ancestros relacionaban con el sufrimiento que había padecido la princesa; fuerte, como había sido ella ante la adversidad y oscuro como su sangre derramada.
Desde ese día se convirtió en alimento sagrado disfrutado por emperadores y príncipes que lo llamaban Xhocolha: alimento del espíritu.
En el año 1519, Moctezuma obsequió a Hernán Cortés (quien fue confundido con el dios Quetzacoat por su apariencia corpulenta, su ancha frente, sus grandes ojos, su largo cabello y su poblada barba) con un gran vaso de oro que contenía cacao líquido, como ofrenda de paz. Así, el marino español lo introdujo en la corte española donde mezclado con especias, frutas, azúcar o leche se convirtió en el chocolate que hoy conocemos y que fue llevado por los españoles a Suiza, Bélgica y al resto de Europa.
El cacao es una planta nativa de las selvas lluviosas del continente americano. Se caracteriza por producir sus flores y frutos desde el tronco. Las plantas cultivadas producen cientos de flores de las cuales sólo llega a fructificar entre el uno y el tres por ciento. Las semillas germinan a los pocos días y no pueden ser almacenadas por más de tres meses. Como las plantas no tienen un mecanismo para que los frutos puedan abrirse, es necesaria la intervención del hombre, monos o ardillas para la dispersión de sus semillas. Los frutos requieren entre cuatro y cinco meses para alcanzar su completo desarrollo y aproximadamente un mes para madurar. Regularmente se realizan dos cosechas al año.
Os recuerdo algunas de sus saludables propiedades:
• Es una rica fuente de antioxidantes: reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares o el cáncer, mejora el flujo sanguíneo, regula los niveles de colesterol y reduce la presión sanguínea.
• Posee minerales vitales: cobre, magnesio, calcio, hierro y potasio, minerales vitales para estimular la buena salud en el organismo.
• El consumo de chocolate negro ayuda al buen funcionamiento cerebral.
Comparto la reflexión de Gerónimo Piperni citado por el cirujano del ejército español en el año 1796 Antonio Lavedan en su Tratado de las virtudes del chocolate: “Es rocío celestial. Cifra de todo alimento. Conservación y aun aumento. Del húmido radical. Néctar divino y vital. Medicina de los males, Y en fin, de virtudes tales. Que si acaso la bebieron. A su eficacia debieron. Ser los dioses inmortales”.
Os dejo un vídeo en el que podemos admirar la genial obra de maestros chocolateros. Espero que os guste.
Cuenta una leyenda azteca que el dios Quetzacoat (Dios que simboliza la vida, la luz, la sabiduría, la fertilidad, el conocimiento y considerado patrón de los vientos y del día) regaló el árbol del cacao a los hombres como recompensa al amor y a la fidelidad de su esposa, quien prefirió sacrificar su vida antes de revelar el lugar en el que estaba escondido. Al morir la princesa, su sangre fertilizó la tierra para dar vida al árbol del cacao. El sabor del fruto era amargo, característica que los ancestros relacionaban con el sufrimiento que había padecido la princesa; fuerte, como había sido ella ante la adversidad y oscuro como su sangre derramada.
Desde ese día se convirtió en alimento sagrado disfrutado por emperadores y príncipes que lo llamaban Xhocolha: alimento del espíritu.
En el año 1519, Moctezuma obsequió a Hernán Cortés (quien fue confundido con el dios Quetzacoat por su apariencia corpulenta, su ancha frente, sus grandes ojos, su largo cabello y su poblada barba) con un gran vaso de oro que contenía cacao líquido, como ofrenda de paz. Así, el marino español lo introdujo en la corte española donde mezclado con especias, frutas, azúcar o leche se convirtió en el chocolate que hoy conocemos y que fue llevado por los españoles a Suiza, Bélgica y al resto de Europa.
El cacao es una planta nativa de las selvas lluviosas del continente americano. Se caracteriza por producir sus flores y frutos desde el tronco. Las plantas cultivadas producen cientos de flores de las cuales sólo llega a fructificar entre el uno y el tres por ciento. Las semillas germinan a los pocos días y no pueden ser almacenadas por más de tres meses. Como las plantas no tienen un mecanismo para que los frutos puedan abrirse, es necesaria la intervención del hombre, monos o ardillas para la dispersión de sus semillas. Los frutos requieren entre cuatro y cinco meses para alcanzar su completo desarrollo y aproximadamente un mes para madurar. Regularmente se realizan dos cosechas al año.
Os recuerdo algunas de sus saludables propiedades:
• Es una rica fuente de antioxidantes: reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares o el cáncer, mejora el flujo sanguíneo, regula los niveles de colesterol y reduce la presión sanguínea.
• Posee minerales vitales: cobre, magnesio, calcio, hierro y potasio, minerales vitales para estimular la buena salud en el organismo.
• El consumo de chocolate negro ayuda al buen funcionamiento cerebral.
Comparto la reflexión de Gerónimo Piperni citado por el cirujano del ejército español en el año 1796 Antonio Lavedan en su Tratado de las virtudes del chocolate: “Es rocío celestial. Cifra de todo alimento. Conservación y aun aumento. Del húmido radical. Néctar divino y vital. Medicina de los males, Y en fin, de virtudes tales. Que si acaso la bebieron. A su eficacia debieron. Ser los dioses inmortales”.
Os dejo un vídeo en el que podemos admirar la genial obra de maestros chocolateros. Espero que os guste.
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