31/5/14

Fundación Bertín Osborne

Logo       Kike       Bertín, Fabiola, Kike y Carlos
Conocí a Bertín Osborne en el año 1981 con su canción "Como un vagabundo" perteneciente a su primer álbum. Era mi época universitaria y estábamos todas encantadas con el cautivador joven que considerábamos ideal para tener como amigo, pero muy difícil para compartir la vida con él. La canción lo definía.

Su apellido era muy conocido y nos sorprendió su dedicación a la vida artística. Lo considerábamos: encantador, simpático, natural y tenía mucha clase. Cualidades que sigue teniendo.

He seguido su trayectoria personal y profesional y hasta el año 2007, cuando nació su hijo Kike, mi opinión sobre él no había cambiado. La noticia de la lesión cerebral extrema del pequeño me entristeció; sin embargo, su forma de afrontar y buscar soluciones para sacar adelante a su pequeño me han dado una magistral lección de entereza, confianza y perseverancia.

En el año 2009 Bertín Osborne y su esposa Fabiola Martínez crearon la Fundación Bertín Osborne para ayudar a personas en su misma situación ofreciendo asesoramiento y alternativas para padres de hijos con lesiones cerebrales.

El mes de noviembre del año 2013, Bertín fue ponente en la Fundación Lo Que De Verdad Importa para explicar el cambio que produjo en su vida el nacimiento de su hijo Kike. Tan simpático como siempre aunque su disertación trataba de un tema muy serio, me hizo sonreír varias veces por su forma de tratarlo desdramatizándolo; sin embargo, su enojo es evidente ante la incredulidad y trabas que tuvieron que soportar:

Con todos mis defectos y mis imperfecciones, que son centenares, he tenido una suerte enorme en mi vida con las personas que me han rodeado. No le puedo pedir a Dios más de lo que me ha dado y me ha dado tanto que me ha dado un hijo, que tampoco me merezco”.

“Cuando nació, Kike me enseñó que la vida es otra cosa, los valores son de otra manera, las prioridades son distintas, que nada de lo que yo había hecho o he tenido en mi vida tiene importancia porque lo más importante está en su sonrisa”.

Hay 400.000 niños en España con lesión cerebral y ¿Qué se sabe de esto? ¡Nada! ¡Absolutamente nada! Estamos hablando de un país que está a la vanguardia de la Medicina, pero nadie sabe nada de cómo funciona o mal funciona un cerebro. Nadie. Y cuando digo nadie hablo de los neurólogos que son los que deberían saberlo”.

“Os voy a explicar lo que escuchamos el cien por cien de los padres cuando en un hospital nos nace un hijo como Kike. Nos dijo el Neurólogo Pediatra Jefe de un hospital, probablemente el más importante de este país: ‘Tenéis un hijo que va a ser sordo, ciego, parapléjico, que no se va a mover, que va ser un vegetal. Que cualquier cosa que os digan no os la creáis porque es mentira. No existe en el mundo nada que pueda hacerle mejorar. Probablemente vuestro niño no vivirá más de dos años porque suelen morir pequeños y si algún día durante esos dos años tiene una crisis, no os hagáis los héroes y dejad que se vaya’ ¡Yo espero que nunca jamás en la vida lo vuelva a oír ningún padre ni madre en este "puñetero" país porque es radicalmente mentira!

“Sentir curiosidad por cosas tan sencillas como descubrir que hay un sitio en el mundo que llevan 55 años estudiando el funcionamiento o el mal funcionamiento del cerebro. El problema, no el síntoma. Antes de ver a tu hijo, nos enseñan cómo dedicar ocho horas al día para que nuestros hijos mejoren y el hecho es que lo consiguen. Los padres somos los mejores terapeutas, nadie lo va a hacer con más cariño y dedicación que nosotros. Por tanto, la teoría del método Doman es enseñar a los padres”.

Investigan por qué nuestros niños tienen convulsiones. Aquí te dicen: ‘Si tiene convulsiones dadle Depakine’ Y el Depakine ¿qué hace? Quitarle las convulsiones, el niño está dormido todo el día.
Las convulsiones las tienen porque les falta oxigeno en el cerebro. Lo hacen con una bolsa de plástico que se coloca en la boca sujetándola a la cabeza con una goma. El niño respira dentro un minuto, y se puede repetir durante todo el día dejando cinco minutos de descanso. Hemos tenido niños en la fundación que tenían cien convulsiones al día y ahora no tienen ninguna. Y ha costado cero ¿Cómo le explicas a un médico que le quite el Depakine y que le ponga una bolsa? Te toman por loco aunque les demuestres que son cien casos. Puede que lo estemos y que no sea científicamente correcto. ¡No lo sé, ni me importa! Pero el resultado es evidente”.

“Parálisis cerebral está mal dicho, nosotros decimos lesión cerebral porque no puede paralizarse algo que nunca se ha movido”.

Me parece increíble estar aquí hablando de esto. No es mi labor, no debería estar yo haciéndolo. Esto debería ser algo que ya se tendría que saber, por eso me encanta estar hablando con gente joven que sois los que vais a cambiar el futuro, si alguna vez tenéis curiosidad. Si tenéis a alguien, el día de mañana, que tenga un niño con lesión cerebral, por favor, no dejéis que se desespere porque hay solución, lo que pasa es que hay que buscarla porque nadie te lo va a poner fácil”.

“Os puede parecer curioso, pero hay niños que nacen ciegos por una lesión cerebral, pero tienen el nervio óptico perfectamente y yo conozco muchos casos que nos llegan a la Fundación también de niños estrábicos, que tienen un ojo “p'allá" y otro en Pamplona ¡Hemos tenido niños con siete operaciones en el mismo ojo! Con la cirugía se lo ponen derecho y a los tres meses vuelve a estar donde estaba ¡¿Por qué? Porque el ojo no tiene ningún problema! El problema está en el cerebro, no en el ojo ¿Cómo conseguir que un niño que tenga los ojos en Pamplona pueda mirar normal? ¡Es facilísimo! A mi hijo le costó dos meses ¡Facilísimo!

“Lo fundamental es que los niños se muevan. Lo peor del mundo es tener a un niño con lesión cerebral en una cama, en una cuna o en una silla de ruedas porque es como si los metes en una cárcel y tiras la llave ¡Eso es renunciar, tirar la toalla! Lo que hacemos en la Fundación es acoger a los padres, ver a sus niños, explicarles y llevarles a los cursos.

Nadie que se dirija a nosotros se va a quedar sin solución”.

El método Doman fue rechazado por la Academia Americana de Pediatría en los años 1968, 1982 y 1999, fundamentalmente por tres razones:

1. Su teoría sobre el sistema nervioso parece muy simple y no estar sustentada en estudios científicos.

2. No se han publicado estudios serios sobre los resultados y los méritos alcanzados, sino que sus garantías únicamente se basan en los testimonios de padres.

3. Se requiere una dedicación enorme de los padres, tanto en términos de tiempo como de dinero.

Como Bertín y Fabiola, no considero aceptables estas razones que niegan el éxito de esta terapia con resultados comprobados. Deseo que se cumplan vuestros sueños y os admiro por no permitir que eliminen la esperanza.

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