Retrato de Antonio Machado por su hermano José Soria |
El pasado sábado se conmemoró el 75 aniversario de la muerte de Antonio Machado en el pueblo francés de Collioure, este evento me sirve como pretexto para rendir mi pequeño homenaje a nuestro gran autor. No os comentaré nada sobre su biografía ni su obra porque habéis tenido toda la información durante estos días. Sí quiero relatarnos aspectos de su vida que quizá no conozcáis si no habéis leído el libro Ultimas soledades del poeta Antonio Machado: Recuerdos de su hermano José que escribió en el año 1940. Disfruto con estos libros de personas allegadas que son las que realmente conocen al protagonista y me aportan información excepcional.
En su libro, José Machado destaca el amor de su hermano a la naturaleza, su generosidad, su firmeza de voluntad y sus aficiones:
– El teatro: “Se pasaba horas haciendo gestos y contracciones con los músculos de la cara para conseguir diversas expresiones”.
– La música clásica: “Su preferido era Mozart lamentaba profundamente no haber estudiado este arte desde niño cuando reflexionaba sobre la interrelación entre la música clásica y la poesía”.
– La pintura: “Admiraba a El Greco, Velázquez y Goya. Le encantaba el cuadro El tránsito de La Virgen de Mantegna y de una pequeña figura del Rey Mago Negro, que vestida de blanco, aparecía en un cuadro de Bosch, decía que los pintores enseñaban a ver los colores del mundo en que vivimos”.
– Estética: “Nunca usó bigote, patillas ni barba tan frecuentes en su época. No aceptó en modo alguno estas modas. Toda la vida se mostró cual era, con sus facciones libres de toda caracterización”.
Hábitos, carácter y fobias.
Lorenzo Polaino Ortega que conoció a Antonio Machado, cuando estudiaba como alumno, en el Instituto de Baeza donde explicaba francés antes de ejercer como profesor de Preceptiva e Historia literaria, relata una simpática anécdota en su artículo Antonio Machado en las tierras del Santo Reino:
“En la clase de francés había un muchacho, gordete y mofletudo, a quien Don Antonio , que suspendía muy poco, tuvo que suspender. Cierto día encontró por la calle al padre del alumno, tratante de ganado y con las mismas características fisionómicas de su hijo. Éste le dijo al profesor: ”¡Qué, Don Antonio, que usted es muy listo: le basta con ver a un alumno para conocer si sabe o no la asignatura!”. Y Don Antonio le contestó: “¡Y a veces me basta con ver al padre!”.
Os transcribo algunos de sus sabios poemas incluidos en su libro Campos de Castilla.
El poema LXVIII de su obra Nuevas Canciones incluido en Poesías Completas
Supongo que los homenajes no formaban parte de los intereses del silencioso y discreto Antonio Machado con el que comparto bastantes de sus aficiones y fobias, los verá resignado y sin tener que poner excusas gratuitas para no asistir.
Os invito a visitar su Casa Museo en Soria.
En su libro, José Machado destaca el amor de su hermano a la naturaleza, su generosidad, su firmeza de voluntad y sus aficiones:
– El teatro: “Se pasaba horas haciendo gestos y contracciones con los músculos de la cara para conseguir diversas expresiones”.
– La música clásica: “Su preferido era Mozart lamentaba profundamente no haber estudiado este arte desde niño cuando reflexionaba sobre la interrelación entre la música clásica y la poesía”.
– La pintura: “Admiraba a El Greco, Velázquez y Goya. Le encantaba el cuadro El tránsito de La Virgen de Mantegna y de una pequeña figura del Rey Mago Negro, que vestida de blanco, aparecía en un cuadro de Bosch, decía que los pintores enseñaban a ver los colores del mundo en que vivimos”.
– Estética: “Nunca usó bigote, patillas ni barba tan frecuentes en su época. No aceptó en modo alguno estas modas. Toda la vida se mostró cual era, con sus facciones libres de toda caracterización”.
Hábitos, carácter y fobias.
Lorenzo Polaino Ortega que conoció a Antonio Machado, cuando estudiaba como alumno, en el Instituto de Baeza donde explicaba francés antes de ejercer como profesor de Preceptiva e Historia literaria, relata una simpática anécdota en su artículo Antonio Machado en las tierras del Santo Reino:
“En la clase de francés había un muchacho, gordete y mofletudo, a quien Don Antonio , que suspendía muy poco, tuvo que suspender. Cierto día encontró por la calle al padre del alumno, tratante de ganado y con las mismas características fisionómicas de su hijo. Éste le dijo al profesor: ”¡Qué, Don Antonio, que usted es muy listo: le basta con ver a un alumno para conocer si sabe o no la asignatura!”. Y Don Antonio le contestó: “¡Y a veces me basta con ver al padre!”.
Os transcribo algunos de sus sabios poemas incluidos en su libro Campos de Castilla.
IV
Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.
VI
De lo que llaman los hombres
virtud, justicia y bondad,
una mitad es envidia,
y la otra no es caridad.
VIII
En preguntar lo que sabes
el tiempo no has de perder...
Y a preguntas sin respuesta,
¿quién te podrá responder?
L
—Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza.
El poema LXVIII de su obra Nuevas Canciones incluido en Poesías Completas
Todo necio
confunde valor y precio.
Supongo que los homenajes no formaban parte de los intereses del silencioso y discreto Antonio Machado con el que comparto bastantes de sus aficiones y fobias, los verá resignado y sin tener que poner excusas gratuitas para no asistir.
Os invito a visitar su Casa Museo en Soria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario