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| Autorretrato Paseo por la playa Niñas en el mar |
Desde que recuerdo siempre he considerado a Joaquín Sorolla como el pintor que mejor ha reflejado en sus cuadros la luz y el color que origina el mar mediterráneo.
Supongo que su lugar de nacimiento influiría a pesar de que desde muy joven su pasión por la pintura le hizo abandonarlo, a causa de sus múltiples viajes profesionales y exposiciones, y sólo regresó esporádicamente.
Sobre su biografía sólo os transcribo algunos datos porque podéis encontrarla en múltiples y mejores fuentes.
Nació en Valencia en el año 1963. Cuando tenía dos años fallecieron sus padres y fue recogido por sus tíos maternos. Comienza sus estudios de dibujo entre los años 1876 y 1878 en la Escuela de Artesanos de Valencia y sus inquietudes artísticas le convirtieron en el principal representante del luminismo valenciano: movimiento pictórico que se caracteriza por el estudio impecable de los focos de luz y su traducción a un trazo limpio, donde los blancos brillantes regalan una extraordinaria calidez y calma a la escena.
En el año 1888 se casó con Clotilde García, la persona más importante de su vida: su esposa, su musa, su modelo favorita, la madre de sus tres hijos (Elena, Joaquín y María Clotilde) y hasta su minuciosa contable (Sorolla le llamaba "mi ministro de hacienda"). Con ella encontró la paz y la estabilidad de la que él había carecido.
Tras su fallecimiento en Cercedilla el 10 de agosto de 1923, Clotilde dictó testamento donando todos sus bienes al Estado Español para fundar un Museo en memoria de su marido.
La serenidad de esta vida familiar inspira la mayor parte de las obras de Sorolla y se refleja en las escenas de cálidos veranos con paseos por la playa, niños nadando o jugando en la arena y personajes llenos de gestos de ternura.
A Sorolla le gustaba pintar en la costa. Se trasladaba a la playa cargado con lienzos, algunos de gran formato. Allí preparaba un estudio improvisado con sombrillas y toldos para evitar el efecto de la luz directa sobre el lienzo: “Yo pinto siempre con los ojos” “Los duelos con sol son menos”, solía decir el pintor resumiendo su concepción de la vida: la felicidad, la jovialidad; la fugacidad de la vida transcurriendo entre la risa de los niños jugando en la playa, la caricia de la brisa del mar.
En el año 1907 escribió Joaquín Sorolla desde Valencia a Clotilde, que se encontraba en Madrid: “¡El agua era de un azul tan fino!. Y la vibración de la luz era una locura. He presenciado el regreso de la pesca: las hermosas velas, los grupos de pescadores, las luces de mil colores reflejándose en el mar...me proporcionaron un rato difícil de olvidar”.
Deseo que disfrutéis con este precioso vídeo.
Supongo que su lugar de nacimiento influiría a pesar de que desde muy joven su pasión por la pintura le hizo abandonarlo, a causa de sus múltiples viajes profesionales y exposiciones, y sólo regresó esporádicamente.
Sobre su biografía sólo os transcribo algunos datos porque podéis encontrarla en múltiples y mejores fuentes.
Nació en Valencia en el año 1963. Cuando tenía dos años fallecieron sus padres y fue recogido por sus tíos maternos. Comienza sus estudios de dibujo entre los años 1876 y 1878 en la Escuela de Artesanos de Valencia y sus inquietudes artísticas le convirtieron en el principal representante del luminismo valenciano: movimiento pictórico que se caracteriza por el estudio impecable de los focos de luz y su traducción a un trazo limpio, donde los blancos brillantes regalan una extraordinaria calidez y calma a la escena.
En el año 1888 se casó con Clotilde García, la persona más importante de su vida: su esposa, su musa, su modelo favorita, la madre de sus tres hijos (Elena, Joaquín y María Clotilde) y hasta su minuciosa contable (Sorolla le llamaba "mi ministro de hacienda"). Con ella encontró la paz y la estabilidad de la que él había carecido.
Tras su fallecimiento en Cercedilla el 10 de agosto de 1923, Clotilde dictó testamento donando todos sus bienes al Estado Español para fundar un Museo en memoria de su marido.
La serenidad de esta vida familiar inspira la mayor parte de las obras de Sorolla y se refleja en las escenas de cálidos veranos con paseos por la playa, niños nadando o jugando en la arena y personajes llenos de gestos de ternura.
A Sorolla le gustaba pintar en la costa. Se trasladaba a la playa cargado con lienzos, algunos de gran formato. Allí preparaba un estudio improvisado con sombrillas y toldos para evitar el efecto de la luz directa sobre el lienzo: “Yo pinto siempre con los ojos” “Los duelos con sol son menos”, solía decir el pintor resumiendo su concepción de la vida: la felicidad, la jovialidad; la fugacidad de la vida transcurriendo entre la risa de los niños jugando en la playa, la caricia de la brisa del mar.
En el año 1907 escribió Joaquín Sorolla desde Valencia a Clotilde, que se encontraba en Madrid: “¡El agua era de un azul tan fino!. Y la vibración de la luz era una locura. He presenciado el regreso de la pesca: las hermosas velas, los grupos de pescadores, las luces de mil colores reflejándose en el mar...me proporcionaron un rato difícil de olvidar”.
Deseo que disfrutéis con este precioso vídeo.
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