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Otro de los pequeños enclaves apacibles y cautivadores que tenemos en España es Port Saplaya denominada “La pequeña Venecia” justificadamente.
La conocí gracias a un encantador amigo valenciano que me la recomendó y acudí fielmente durante varios veranos disfrutando de su tranquilidad y de su singular belleza.
Al llegar me impresionó todo, parecía la postal de una villa marinera en otro lugar. Las fachadas de sus pequeñas casas estaban pintadas de diferentes colores: ocres, amarillos, azules, verdes, rosas y rojizos, pasando de los tonos pastel a los intensos. Estas peculiares casas rodeaban los múltiples canales donde estaban anclados barcos de todo tipo predominando los veleros.
Era un lugar para pasear y observar su ambiente. A primeras horas de la mañana ya había actividad: se regaban las flores de los jardines de las casas, se barrían las aceras, se preparaban o pintaban las embarcaciones, el aroma del café preparado en las cafeterías te envolvía. Podías divisar cómo se limpiaba la playa aunque ya había paseantes por la orilla del mar.
Suelo ir a la playa por la tarde y nunca tuve dificultad para encontrar mi sitio preferido.
Os contaré una anécdota que me sucedió: paseando por la playa vi a lo lejos a un señor mayor con una red de gran tamaño lanzándola muy cerca de la orilla, pensé que estaba un poco desequilibrado; sin embargo, continué mi paseo hasta encontrarme con él. Aluciné cuando vi en su red varios pescados enormes. Me sonrió amablemente, entablamos una conversación muy interesante sobre la pesca y su familia. Me comentó que eran lubinas lo que había pescado y cómo se preparaban ofreciéndome las que quisiera e insistiendo en que no encontraría pescado más fresco en cualquier sitio. No se ofendió cuando rechacé su regalo al explicarle mi ineptitud para todo lo que esté relacionado con el arte culinario.
Han pasado los años y no olvidaré a este cordial señor que me enseñó a intentar no prejuzgar a los demás.
Como os comenté en mi entrada sobre Mojácar, espero que no haya cambiado demasiado.
Os dejo un vídeo que he realizado basándome en mis recuerdos. Espero que os guste.
La conocí gracias a un encantador amigo valenciano que me la recomendó y acudí fielmente durante varios veranos disfrutando de su tranquilidad y de su singular belleza.
Al llegar me impresionó todo, parecía la postal de una villa marinera en otro lugar. Las fachadas de sus pequeñas casas estaban pintadas de diferentes colores: ocres, amarillos, azules, verdes, rosas y rojizos, pasando de los tonos pastel a los intensos. Estas peculiares casas rodeaban los múltiples canales donde estaban anclados barcos de todo tipo predominando los veleros.
Era un lugar para pasear y observar su ambiente. A primeras horas de la mañana ya había actividad: se regaban las flores de los jardines de las casas, se barrían las aceras, se preparaban o pintaban las embarcaciones, el aroma del café preparado en las cafeterías te envolvía. Podías divisar cómo se limpiaba la playa aunque ya había paseantes por la orilla del mar.
Suelo ir a la playa por la tarde y nunca tuve dificultad para encontrar mi sitio preferido.
Os contaré una anécdota que me sucedió: paseando por la playa vi a lo lejos a un señor mayor con una red de gran tamaño lanzándola muy cerca de la orilla, pensé que estaba un poco desequilibrado; sin embargo, continué mi paseo hasta encontrarme con él. Aluciné cuando vi en su red varios pescados enormes. Me sonrió amablemente, entablamos una conversación muy interesante sobre la pesca y su familia. Me comentó que eran lubinas lo que había pescado y cómo se preparaban ofreciéndome las que quisiera e insistiendo en que no encontraría pescado más fresco en cualquier sitio. No se ofendió cuando rechacé su regalo al explicarle mi ineptitud para todo lo que esté relacionado con el arte culinario.
Han pasado los años y no olvidaré a este cordial señor que me enseñó a intentar no prejuzgar a los demás.
Como os comenté en mi entrada sobre Mojácar, espero que no haya cambiado demasiado.
Os dejo un vídeo que he realizado basándome en mis recuerdos. Espero que os guste.
Buen lugar para disfrutar del mediterrano y ademas esta muy cerca de Valencia capital.
ResponderEliminarTe dejo un artículo que publicamos hace poco sobre el sitio:
http://www.valenciaesturismo.com/lugares/port-saplaya-la-pequena-venecia-al-lado-de-valencia-2/
Ya me dices que te parece
Saludos
Un estupendo y verídico artículo ¡Me encanta Valencia!
EliminarGracias por vuestro comentario